La lengua de un imperio, ahora mismo y a mi juicio decadente, el inglés, me domina y me deja seca para la lengua de mi comunicación cotidiana. Videos eroticos, terminando clases, corrigiendo trabajos, puliendo estilos, sugiriendo palabras, consolidando conocimientos, despertando dudas, llevando a los alumnos a sus propios descubrimientos, todo ello en inglés y me falta tiempo para concentrarme en mi propio mundo; el mundo de mis adentros.
Ellos y ellas, mis alumnos, me recriminan las lecturas, que si son largas, que si son densas, profundas, complicadas difíciles cuando sólo les aqui que las entiendan en una lengua que ya sé que no es tan fácil para ellos.
Se quejan de los temas, me dicen “profe, es que usted es muy abierta”. Son adultos, algunos más cultos que otros, pero parece que en su mundo se auto limitan por donde viven, porque dicen que en su entorno no fluyen las historias mágicas, distintas; que todo está dicho y decidido, que se enamoran cuando están en el colegio y que se casan cuando toca, que luego tienen hijos, se compran un coche y si pueden se embarcan con una hipoteca de por vida para tener un techo propio que están pagando toda su vida!
Y me pregunto cuando los escucho, pacientemente, con una sonrisa en los labios y también en los ojos, de qué sirven mi pedagogía crítica, mis pasiones, mis cuitas, mis luchas y mis guerras...
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